✍La razón por la que me fascina el ajedrez es por la seducción de sus piezas.
En un mismo espacio conviven todas las especies: reyes, peones, caballos, alfiles y hombres grises que perdieron su sombra en la última partida.
Tomo la pieza delicadamente con mis manos y una quiere anclarse en mi: la reina. Entonces decido jugar sólo con ella en mi imaginación.
Es libre. Hace todos los movimientos que quiere porque dejó de respetar un reglamento que escribieron para ella sin pedirle permiso.
Confío y juego con la reina. Ataca, defiende, ataca y defiende por mil vidas.
De golpe escuché su voz atragantada, sin aire y con la valentía de las revoluciones dijo: "nunca me importó el papel que me asignaron en este juego, a vos tampoco debería importarte el que te toco. Canta un jaque mate cuando la razón se arrodille en tu alma".
Se me cayó de la mano y se hizo añicos contra el piso. Mientras se rompía escuché su grito...ya era tarde.
Sus partes estaban por toda la noche. La sujeté fuerte contra mi pecho y lloré y lloré y lloré hasta que junté sus pedazos como pude y gritamos juntas " Jaque mate". Volvimos a la caja y nunca más supo de nosotras.
Texto perdido de alguna autora perdida ✍