martes, 6 de diciembre de 2011

EL AZAR NO EXISTE



 Maldito crupier que no termina de barajar.

Ya necesito ver el último  naipe que cerrará el juego de las sombras.

El rey se ha ido y los peones no saben que hacer con tanta libertad.

Los juegos son tan ingobernables como las cartas.

Los mismos malditos números de la bestia agazapada esperando para destrozarme las partes que ya no  pueden ser el todo.

El sol se humilló saliendo de noche mostrando mas sombras.

La luna tenía mas oscuro su lado oscuro y marcó las cartas que el maldito crupier me niega.

Siento astillas de todo lo que se rompió y se clavó dentro de mi.

Por qué aceptar un destino que desconoce los  comodines.

La transpiración marca gota a gota el paso del tiempo siempre tirano y traicionero.

Espero las cartas y mi mente escribe una y otra vez la película que se soñé despierta.

Malditas páginas en blanco del guión del mediocre escritor dueño de la exquisita tinta.

El diablo pide cartas sentado a mi lado.

Se las niegan porque tiene muchas mas de las que merece su destino.

Miro a los ángeles y veo como sus cartas están clavadas en sus alas que desgarradas no pueden seguir el vuelo y uno, el mas bello, cae rendido ante mi. A mis pies.

Y el croupier estrangula mi pánico de pérdida absoluta.

Grito desde el silencio todo mi dolor y ya nadie escucha.

Todo pierde su figura. No veo. No escucho. No hablo. NO siento.

El crupier baja los naipes, se terminó la espera. Respiro.

Me ahoga una adrenalina no buscada, pero, querida.

Y cuando empiezo a ver las que me tocan el crupier me las tira en la cara y decide terminar de golpe el juego.

Fui vagabunda de mil vidas y no entendí.

Ahora se que el destino nos tira las cartas por la cara.

No siempre podes hacer la mejor estrategia para caer en el abismo.

A veces perder es ganar.

A veces ganar no es ser feliz.

A veces ni siquiera importa el juego....Siempre importa que ese crupier este ahí.




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