Siempre me pareció tan difícil pensar en lo fácil que le resulta la vida a mucha gente.
Hasta que me di cuenta que fácil y difícil siempre van de la mano.
Un dia alguien me susurro al oído que muy pocas veces somos protagonistas de historias en las que podemos elegir. Por lo tanto si es fácil estar ahí, lo difícil es hacerse cargo de que uno esta ahí.
Y entonces entendí este juego de opuestos y eternas contradicciones del hombre.
Para disfrutar del cielo tuve que haberme dado unas cuantas vueltas por el infierno.
Para aprender a ganar tuve que valorar cada una de mis pérdidas.
Para escribir una buena historia tengo que tener algo para contar y haber estado en silencio para poder escuchar.
Borges pedía a gritos que mientras durara alguien en su vida le dijera que era para siempre….por que tenemos la necesidad de querer perpetuarnos en el otro? Tal vez porque sentimos que si no dejamos una huella nadie recordara que caminamos?
Esa noche eterna que me condena a saber que ya no hay nada fácil y que lo mas difícil es atravesar esa noche que marca cuchillos en mi piel en cada pasar de horas.
Por qué soy tan consciente de lo inconciente que soy?. Que fácil es explicarlo y que difícil cambiarlo.
Al final del camino seguro quisiera tomarme un café con mis dificultades y sentenciar que por ellas todo valió la pena..que vivir no es fácil y por eso lo hacemos todo difícil.
Valorar cada momento, pagar el precio de una caricia, sentenciar a la eternidad un beso, matar al aburrimiento con un nuevo juego; todo para saber que no siempre podemos dejar un huella en el alma de alguien, pero, que alguna vez pudimos transformarnos en canción, en relato, en recuerdo… El dolor de lo que no fue nos hizo saber cuanto mas fácil es animarse a sentir.
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