Te rompes una y mil veces en mis brazos.
Saciar tu sed de frío es la misión.
Huecos anidados por las sombras.
Sangre que no puede esperar mas.
Y te sentís frágil y por eso te rompo.
Y te sentís triste y por eso quiero lágrimas.
Sos enormemente pequeña ante la sombra del hambre voraz.
No hay nadie. Ya no hay nadie. Y vos te haces mala compañía.
Quiero ver tu ira.
Devoro las manos que tiemblan ante mi.
Soy la pesadilla que respirás en el día.
Soy el camino lleno de piedras.
Soy la piedra.
Soy la que negás y niega.
Soy la que te provoca y te rompe.
Soy el látigo que no para ante tus gritos.
Soy la luz que te enceguece.
La droga que no calma, pero, fascina.
Ojalá mueras. Sí, mueras y dejes mi alma libre de tu amarga condena.
Vuelo entre sombras.
Me escondo en silencio.
Acecho.
Tenés miedo. Yo también.
Hasta el último respiro de guerra.
Todo es la nada y nada es lo que queda antes de quitarte Todo.
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