LA INDIFERENCIA MATA
Solo el hombre puedo odiar tanto al hombre. Esa verdad la
compruebo cada vez que leo los diarios.
Dónde habrá quedado la filosófica preocupación sobre las
virtudes humanas? Seguramente se hallan sepultadas debajo de un manual cuyo título resume
la maldita realidad: MANUAL DE AUTOAYUDA PARA SOBREVIVIR EN LA JUNGLA .
La larga lista de asesinos no termina y sus víctimas
lloran por justicia. Desangran ante la indiferencia de una sociedad espasmódica
que sufre cada tragedia en un plazo no mayor a 24 horas. Esta escrito con
la peor tinta arrancada de nuestras miserias en el inconsciente colectivo el
lapidario ¨A MI NO ME TOCO¨ y, como no soy el protagonista de la sección
Policial bien puedo irme a soportar tanto dolor a las Secciones de Modas o Chistes.
La compasión que guiaba el alma hacia lo mejor del
endiosado mundo de las virtudes combatió con la Autoyuda y los vocablos se
embriagaron en el bar del olvido. El YO le ganó la pulseada al El y, lo peor,
es que el que mas perdió fue el NOSOTROS.
Candela Rodriguez quedó en los archivos de un noticiero
que nadie ve. Tomás Santillán espera que la violencia hacia otro inocente le
quite el maldito y voraz protagonismo mediático, mientras, la justicia balancea
como puede y su venda le provoca la peor de las cegueras de tanto deformar su objetivo.
De la nave del Olvido nos bajamos los locos que creemos
que el cambio es posible, pero, que las vidrieras de los shoppings tientan mas
que el colectivo que nos lleva a gritar nuestro dolor a una Plaza de Mayo vacía
(hasta el próximo ¨corralito¨).
Cuánto dolor puede provocar el hombre? Cuánto dolor puede
soportar el hombre? El alma pide justicia y no siempre espera a que la imparta una institución. Las lágrimas hacen naufragar las creencias de que las sentencias
del hombre alcanzan para juzgar al hombre. Y en ese círculo del infierno con un
demonio marcado por todos como el director de la orquesta infernal estamos tratando de encontrar la salida.
Las víctimas no mueren una sola vez y eso duele cada vez
mas. Todos construimos el mejor socio de un asesino: la Indiferencia. Cuántas
veces se habrá escapado de nuestra boca el rótulo: ¨MATALO CON LA INDIFERENCIA¨.
Fijate que claro tenemos todos que la INDIFERENCIA MATA y, sin embargo, no
hacemos nada.
Creemos que nos interesa lo que no nos interesa.
Sostenemos discursos que se terminan con la primera estupidez que aleja la
cabeza de la realidad. Nos compramos éticas que desprecia hasta el mas
indigente filósofo. Oramos en enormes plegarias que se terminan no con un
¨Amén¨, sino, con un ¨me tengo que ir¨.
Hablamos de una empatía que nace del egoísmo de mirarnos en nuestro espejo.
Mentirosos de verdades que suenan bien dichas. Hipócritas escondidos entre las
almas de los que lloran el dolor ajeno.
Así son muchos, hasta que entiendan que no hay que
esperar hasta el 12/12/2012 para la llegada del Apolipsis. El hombre asesina la
vida en cada inocente que mata. Ese el Apolipsis diario que negamos.
El novelista ruso, Fiodor
Dostoievski, dijo que ¨ El verdadero dolor, el que nos hace
sufrir profundamente, hace a veces serio y constante hasta al hombre
irreflexivo; incluso los pobres de espíritu se vuelven más inteligentes después
de un gran dolor¨. Soñemos con cambiar al hombre para mejorar al hombre y, así,
el dolor habrá servido para algo mas que transformarlo en el maldito
sufrimiento.
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